El interés por la naturaleza siempre formo parte de mi vida, desde cuando nadie conocía la palabra ecología o conservación. Pero de una manera informal y difusa. Fue mi afición a la fotografía y la mano de mi hija naturalista, y tb. el tiempo que me permitió la jubilación, lo que cada vez me acerca más. Ahora cuando tengo un ave no identificada, no puedo sacármela de la cabeza hasta que conocer su identidad. Es como un gran imán. Y es una buena actividad para dedicarle sin obligaciones a esta última parte de mi vida.